martes, 9 de enero de 2018

Good Time



   ... esto no es un crítica.
... es una opinión egocéntrica que oficia de ayuda memoria


 La computadora no tiene ni dos meses y ya me está andando mal. Tiene sus buenos momentos donde va todo rápido y normal, donde somos felices y siento que somos el uno para el otro. Pero cada tanto todos los programas me dejan de responder, me ignoran, me rechazan.  A la noche se apagó sola, como si se hubiese ido sin avisar y dando un portazo. La volví a prender… y no prendía. Arrancaba, si. Solo el logo de la marca y después la pantalla se quedaba en negro. Reinicié un par de veces y siempre pasaba lo mismo. La computadora estaba ahí pero no me dirigía la palabra. Ni siquiera me miraba. Unos minutos después volvió a la normalidad. Me perdonó y yo la perdoné. Aún está en periodo de garantía, debería llevarla para que me la arreglen. Pero me da muchísima paja. Llevarla a arreglar significa desconectar todo, meter las cosas en una caja, buscar la garantía, llevarla hasta el técnico y dejarla ahí andá a saber cuánto tiempo. No tengo ganas. Me aferro a la esperanza de que esta situación no se vuelva a repetir.
    Cuando finalmente prendió me encontré con otra mala noticia. Internet se volvió a cortar. Otra vez. El cuerpo se me llenó de ira, indignación y desesperación.  Tuve ganas de destrozar toda mi casa como Tommy Weasu en The Room. Tuve ganas de ir con una antorcha hasta la central de Fibertel y prenderla fuego.
    No lo hice.
    Inhalé.
    Exhalé.
    Y me rendí. No hay nada que hacer. Internet volverá cuando tenga que volver y se cortará de nuevo cuando se tenga que cortar. Me tendré que acostumbrar a eso. Todos nos  tendremos que acostumbrar a lo mismo.
    Mis planes para esta noche eran ver Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, pero no la tenía bajada. Por suerte tenía otra película perdida por ahí que de no ser por el corte abrupto de internet no la hubiese visto nunca. Así que gracias al ineficiente servicio de Fibertel vi la mejor película del 2017.
    Good Time nos cuenta la historia de dos hermanos que asaltan un banco  pero en la fuga atrapan a uno de ellos. Cuestión que el otro va a estar casi toda la película intentando sacarlo. Y ese “casi toda la película” ocurre en una sola noche. Y ahí está el primer punto interesante que nos ofrecen, mostrarnos una noche eterna desde el punto de vista de un hombre desesperado por sacar a su hermano de la cárcel y dispuesto a hacer cualquier cosa por conseguirlo. Enumerar las cosas que hace seria arruinarles la película, porque ahí está el segundo punto interesante, los giros argumentales. La película está tan perdida como el protagonista, en ningún momento tienen en claro hacia dónde quieren ir y cuando parece que encuentran el rumbo pegan un volantazo y se van para el otro lado.  El protagonista no sabe qué hacer y va improvisando sobre la marcha, y el director se las ingenió para que los espectadores tengamos esa misma sensación. La sensación de no saber qué va a pasar. Y acá mecho  con el tercer punto interesante, la cámara en mano. Siempre me gustaron las películas  filmadas con cámara en mano, siento que soy parte de la película y no que estoy mirando a través de una ventana. No quiero ser absolutista con esto porque no siempre la cámara en mano funciona bien y no siempre los planos fijos te dejan afuera. Acá funciona perfectamente porque llegás a sentir el mismo vértigo  y la misma adrenalina que el protagonista. Y ese es el cuarto punto interesante, el protagonista.
    Casi en la mitad de la película Natalia me pregunta:
    - ¿Ese es el de Crepúsculo?
    Me incorporo (porque estaba tirado en la cama) agudizo un poco mi vista y… efectivamente era el muchacho de Crepúsculo. Mucho más flaco y demacrado, supongo yo que para interpretar a este personaje. Creo que nunca lo vi actuar más allá de Crepúsculo y si me preguntaban no daba dos pesos por ese pibe. Acá me cerró el orto. Si bien no es una actuación tan versátil o virtuosa como otras que ya mencioné en este blog, es una actuación minimalista para que entiendas, justifiques y compartas todo lo que está haciendo. Hace lo necesario para que la película funcione.
    Si tuviera que destacar un quinto punto destaco el montaje, que se adapta a la vorágine del guión. En oposición a Call Me By Your Name donde el montaje es lento y tenemos que ver como los protagonistas se alejan y se alejan y se alejan hasta que se pierden en el horizonte, Good Time nos muestra lo que la historia necesita.  A veces quizás exageran en los cortes y no nos termina de quedar claro por qué tal personaje se unió a la aventura o cómo hicieron para ir de tal punto a tal otro. Pero en esta película no importa mucho el recorrido sino el destino.
    La mejor película del 2017 y una de las mejores del milenio. Mi puntuación 1604 sobre 1777.



1 comentario:

  1. MACHO PRIMERA VEZ QUE ME ENTERO, ADEMAS DE HABLAR ESCRIBES, PERO ME VA BIEN. (INSERTE AQUÍ UN CHISTE QUE LO HICIERA REÍR EN EL PASADO)

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