viernes, 19 de enero de 2018

The End Of The Fucking World

    Además de ser hijo único soy sobrino único. Tengo primos pero algunos viven en el interior de la provincia y otros viven en España. Para mis tías era el sobrino único de La Plata y me malcriaban como tal. Sobre todo mi tía Martha que encima no tenía hijos.
    Ella me compraba casi todo lo que le pedía y hoy me doy cuenta que me aprovechaba demasiado de ese poder. Recuerdo que me compró el cassette de Jugate Conmigo y uno de Los Auténticos Decadentes, el libro Toda Mafalda, el VHS de El Rey León y varias cosas más que no vale la pena detallar. Una tarde a la salida del zoológico me encapriché con que me comprara una víbora de juguete que vendía un tipo en un puestito en la calle. Mi tía Martha me dijo que no, que no me lo iba a comprar. Yo me encapriché aún más y ella mantuvo su “no, no te lo voy a comprar” Le hice un escándalo en el medio de la calle. Me acuerdo que una día también le hice un escándalo así a mi mamá en el supermercado Casa Tía cuando quería que me compre un libro para pintar de los Tiny Toon. Ella me había dicho que no, pero fue tan grande el berrinche que hice, tanta la vergüenza que le hice pasar que terminó cediendo. Así aprendí, quizás de la peor forma, que la base del éxito es la insistencia (siempre y cuando no le rompas las pelotas a los demás) Pero volviendo a mi tía Martha.
    Mi tía Martha era una persona mucho menos flexible que mi mamá, y si dijo que no era no. ¿Pero cómo hizo para parar el escándalo de ese rubio menemista caprichoso? Fue bastante simple desde el punto de vista retorcido de mi tía. Me dijo “Yo no te lo voy a comprar, si lo querés andá y robáselo” Yo no lo dudé un segundo. Fui hasta el puestito y aprovechando que estaba lleno de gente y el vendedor estaba distraído agarré la víbora de goma, me la metí abajo del buzo y salí corriendo. Mi tía se empezó a reír. Tanto que se meó encima. Le quedó una aureola indisimulable en la entrepierna del pantalón. Nos tuvimos que tomar un taxi para volver a su casa. Volvimos triunfantes porque ambos nos salimos con la nuestra. Ella no me compró la víbora y yo la conseguí igual. Así aprendí, quizás de la peor forma, que si las cosas no te llegan tenés que ir a buscarlas vos. Más o menos.
   Esa pequeña experiencia pudo haberme llevado por el camino de la delincuencia, y aunque años más tarde volví a utilizar las facilidades del robo para obtener cosas, siempre el miedo y la culpa me acompañaron. Contrariamente James y Alyssa, los protagonista de The End Of The Fucking World, superaron la barrera del miedo y la ética para convertirse en dos fugitivos de la justicia. Aunque sus crímenes fueron mucho más graves que robarse una víbora de goma.
    Esta simpática serie de Netflix nos relata las aventuras de estos dos adolescentes disconformes que le dan un giro a sus vidas escapándose de sus casas para vivir aventuras en las rutas. Por un lado está James, un adolescente que se cree un psicópata  por el solo hecho de haber matada a algunos animales. Entonces quiere dar el siguiente paso que es matar a una persona, y la elije a Alyssa. Ella es una adolescente que reniega de la tecnología y que fue desplazada de su familia por sus recién nacidos hermanastros. En un acto de rebeldía se hace amiga del pibe más raro de la escuela, James. Ella se quiere ir de la ciudad y él, con la excusa de querer matarla, la sigue. Así se roban un auto y se van a la mierda.
    Esta Road Movie (o Road Serie) tiene el típico formato de este subgénero: el viaje como protagonista y eventualidades que van surgiendo y que hacen que los personajes crezcan y aprendan. Nada del otro mundo. Una serie que podría haber sido olvidable de no ser por este mágico sistema de Netflix de subir todos los capítulos juntos. Porque si después de ver el primero tuviéramos que esperar una semana para ver el segundo en el medio nos olvidaríamos que existe y quedaría perdida en el purgatorio de series que no se terminan. Pero al estar todos los capítulos juntos, al ser pocos y de corta duración se pueden ver en una tarde y la serie pasa de ser algo zafable a una buena película dividida en capítulos. 
    El punto más fuerte de esta serie son los protagonistas. Tanto los personajes como los actores. Los personajes son dos sociópatas que no entienden muy bien cómo funcionan las convenciones sociales. Más o menos como funciona Dexter (el asesino, no el científico) que se mueve por imitación y no por impulsos verdaderos. Ninguno cree encajar en el modelo de civilización que les tocó vivir porque básicamente es la misma civilización la que los expulsa. Muy parecido al conflicto de la piba de Lady Bird pero acá llevado a un plano más grotesco: si la sociedad no me quiere voy a ser un sociópata.  Pero a pesar del tono absurdo con el que la serie nos quiere contar esta historia en un plano más profundo se puede ver que en realidad nos está hablando simplemente de dos adolescentes descubriendo su sexualidad y encontrando su lugar en el mundo para madurar.
    Los actores entendieron todo lo que tenían que hacer y son los que se ponen al hombro la serie. Con un tono de actuación muy parecido a Kynodontas o a Silvia Prieto los pibes tratan de resolver cada conflicto de la mejor manera que pueden, aunque a veces esa manera es no resolviéndolos. Los actores supieron manejar muy bien ese camino que hubo entre el primer capítulo y el último, y de manera muy sutil fueron cambiando su actitud de pendejos inmaduros que no saben nada a jóvenes que son conscientes de la decisión correcta que tienen que tomar. Releyendo eso me doy cuenta que es lo básico en una serie o película. Así que puedo resumir todo eso en "los actores hicieron bien el trabajo por el cual les pagaron".
    The End Of The Fucking World tarda en arrancar. Yo creo que recién se pone buena en el capítulo tres, pero vale la pena fumarse esos dos capítulos que sirven más como presentación de personajes y del mundo. También les recomiendo que la vean en una tarde, de un saque. Porque si dejan uno o dos días en el medio se van a olvidar que existía esa serie y considero que vale la pena verla. Y después miren Natural Born Killers. Y después salgan por las calles a delinquir como si no hubiese un mañana.
    Mi puntuación para este serie es de 1181,60 sobre 1777.
   

5 comentarios:

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  2. Como Clinton le dijo a Lisa: si las cosas no funcionan, debes quejarte hasta que tus sueños se hagan realidad.

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  3. Yo la vi antes de Netflix e igual me pareció una serie muy buena. No se sufrió la lentitud de los primeros capítulos.

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  4. A mí me pareció una bellísima historia de amor, adolescencia, y de amor adolescente. Una forma de amor tan puro, pero también tan exagerado (onda "soy un incomprendido pero vos me entendés" o "estaba perdido pero vos me salvaste y ahora daría la vida por vos) que sólo puede ser creíble con protagonistas adolescentes.

    Aún con las hiperboles de una comedia negra (funciona perfecta como tal) yo les creo. Capaz las situaciones sean algo inverosímiles, pero los personajes, sus motivaciones, pensamientos y modos de actuar, me parecieron creíbles. Me creo que la mina largue su familia de mierda para escaparse con un pibe que responde con monosílabos porque le parece misteriosamente atrapante. Me creo los cambios repentinos de humor, chapandose al morocho en frente de su "novio" y después arrepintiendose... Me creo la pureza del amor en la última parte, y el sacrificio a lo tragedia griega de él. Porque son adolescentes, si fueran adultos no lo creería.

    Personajes entrañables, duración perfecta... Espero de corazón que NO HAGAN una segunda parte. Netflix: lo único importante en la vida no sólo es la plata, la plata, la plata.

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  5. Opino exactamente como vos muy buen post, fuera de esto Jorge cuando tengas un tiempito mirate big little lies, es un pedazo de serie hecha por HBO que trata de una forma para excelente la violencia de genero, encima tiene unas tremendas actuaciones de nicole kidman

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